
Ama te queremos y te recordaremos siempre.
Entzun, Jainko ona, nire otoitza!
Larri daukat bihotza.
Arnasa dut joana,
nire maitearen arnasarekin batera.
Zeu zaitut orain estualdian babesleku,
ilunaldian altzo goxo,
heriotzaren ertzetan bizi-iturri.
Zurekin bat eginik bizi nahi nuke betiko,
hain maite izan dudanarekin batera.
Besoak eta bihotza zabalik hartzen gaituzu,
mundura etortzean,
gure eguneroko ibilbidean
eta hemendik ateratzean:
horixe da gure itxaropena.
Eskerrik asko, Jauna!
Ante Ti, Señor y fuente de la vida,
recordamos con cariño a ELVIRA
que nos fue familiar y persona cercana.
Que nada de los esfuerzos de su vida se pierda.
Que los que seguimos en este mundo
sepamos respetar sus obras y su ejemplo.
Que siga viva en nosotros y en nuestros corazones.
Que nos mantenga unidos en la paz y amistad.
Te damos gracias
por todo lo que a través de ELVIRA
hemos recibido de Ti,
que vives por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo…
Siempre en mi corazón, gracias por haber sido tan buena tía para nosotras, pero como dice mi hermana, también buena esposa, madre y abuela… Un ejemplo para toda la familia, un modelo de saber mantener unida la familia, de llevar tu amor a los demás con menos palabras y más hechos, como de verdad se demuestra el amor. Gracias por tu vida al lado nuestro. Te queremos
Tía Elvira estarás siempre entre nosotros pues esos momentos entre familia jamás se olvidan y menos como tu nos enseñaste tan familiar. Besos
La Tía Elvira, así es como te hemos llamado mi hermana y Yo desde pequeñas; persona trabajadora, cariñosa, siempre dispuesta a ayudar, Gran Esposa, Madre , Abuela, y por supesto, Tía. Gracias por estar.
Estoy triste porque no he podido ni puedo despedirte, pero desde aquí te.recuerdo con amor y ternura.
Un abrazo y un beso muy fuertesssss Tía. Te quiero.
Siento sinceramente el reciente fallecimiento de Elvira. Les envío un fuerte abrazo.
Elvira cariño, fuiste mi tía,aunque no de sangre, pero para mí fuiste mi tía. Aún recuerdo la comunión de Íñigo, que fue la primera vez que nos relacionamos. Desde entonces te convertiste en mi tía. En una gran tía a la que llamaba de vez en cuando y hablábamos durante tiempo. Siento mucho no poder despedirme de ti cómo te mereces, pero rezaré para que alcances tu sitio. Sé que te has ido, pero siempre habrá para tí un rincón en mi corazón.